sábado, 29 de septiembre de 2012

Los mejores momentos son los que no se planean.

Las mejores mañanas eran las que sin darme cuenta me encontraba con tus dulces ojos al cruzar la esquina, los mejores almuerzos eran aquellos en los que te reías de mi por todas mis tonterías y me regalabas tiernas y incitantes sonrisas, las mejores tardes eran las que pasábamos en la playa, solos tu yo y las mejores noches  eran esas en las que recibía uno de tus miles de mensajes y repasaba en mi cabeza cada una de esas cientos de cosas que solo tenías tú.   

                                                                      Qué quieres que te diga... ¿Qué te extraño?

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